Anamnesis. Fundamental para un buen diagnóstico.

Anamnesis, fundamental para un correcto diagnóstico audiológico.
Anamnesis, fundamental para un correcto diagnóstico audiológico.

Exploración del oído

El primer contacto con el paciente es fundamental, ya que los datos que nos aporta el cuestionario construyen una primera impresión diagnóstica, que se verá corroborada o modificada en el transcurrir de la totalidad de las maniobras de exploración.

 

Realizaremos cuidadosamente la anamnesis, la inspección y la palpación, y la otoscopia que es de extraordinario interés y de la que ya hablamos en una antigua entrada del blog.

 

Nos vamos a centrar esta vez en la anamnesis.

Anamnesis

La historia clínica del paciente debe ser lo más detallada posible; los antecedentes familiares, personales, y las enfermedades que cursa en la actualidad, proporcionan la orientación fundamental en el camino hacia el diagnóstico.

 

Una anamnesis realizada con prisa, una actuación clínica rutinaria o mecánica, sin calidad, la confianza excesiva en otros medios de exploración complementarios, han ido en detrimento de la correcta exploración de los enfermos. 

 

La anamnesis ha de comenzar con un interrogatorio sobre los antecedentes familiares del paciente, refiriéndose principalmente los antecedentes de hipoacusia y sus características. A continuación se preguntará sobre los antecedentes personales, enfermedades generales importantes sufridas por el paciente, y a continuación las enfermedades otorrinolaringológicas, todas ellas organizadas cronológicamente.

 

Será importante saber de las enfermedades actuales cuándo comenzaron los síntomas, y si estos son continuos o paroxísticos, cómo están evolucionando, etc. Estos datos nos concluyen si nos enfrentamos a un proceso agudo o ante una enfermedad crónica.

 

Preguntaremos cuál es el síntoma más molesto o impactante en la vida normal del paciente. Seguramente nos contestará uno de los siguientes: otodinia, otorrea, hipoacusia, acúfeno y vértigo.

 

El dolor u otodinia es originado por patología otológica. Preguntaremos si es dolor punzante o pulsatil, si es opresivo, pruriginoso. Nos informaremos sobre su intensidad y ritmo, si se irradia a otras zonas fuera del oído, si aumenta al masticar, etc. También sobre la existencia de picores, síntoma de existencia de eczemas u otomicosis.

 

La otorrea es la supuración de líquido por el meato auditivo externo. Es un dato muy importante y deberemos saber desde cuándo, si es continuo o intermitente, si se asocia o no a infecciones de las vías aero-digestivas superiores, y en qué cantidad surge. Deberemos comprobar el aspecto de la secreción, si huele desagradable, si es causado por un traumatismo cráneo-encefálico. Otorragia es la salida de sangre por el CAE, debido a daño ocasionado  por cuerpos extraños, perforaciones timpánicas en un contexto otitico o traumático o ser un signo de aviso en tumores malignos del CAE.

 

La hipoacusia o pérdida de audición. Puede ser de diferentes grados (leve <40 dB, moderada 41 a 70 dB, severa 71 a 90 dB, y profunda >91 dB HL). Cofosis es la sordera total. 

Debemos preguntar si le afecta a uno o a los dos oídos, desde hace cuánto tiempo la nota, si tuvo una aparición progresiva o brusca, qué limitación funcional o incapacidad le ocasiona, si relaciona esta hipoacusia a otros hechos como por ejemplo el uso de algún medicamento, la presencia de síntomas neurológicos asociados, etc.

Si el paciente oye en exceso su propia voz, autofonía, o si oye su respiración, es típico de una disfunción de la trompa de Eustaquio. Si oye mejor en ambientes ruidosos, paracusia, será señal de otosclerosis. Si oye un sonido de manera molesta, algiacusia, aunque su intensidad no sea elevada, sufrirá una patología coclear. Si dicen que oyen bien pero no entienden, suelen ser ancianos, será una presbiacusia

Cuando tratamos a niños, será fundamental entrevistar a la madre ya que habrá captado cada detalle, aún los más sutiles: que no oye cierto ruido, que está abstraído, etc.

 

Los acúfenos o tinnitus es la percepción subjetiva del ruido, en uno o en los dos oídos.

 

El vértigo, síntoma no siempre fácil de caracterizar. Se debe aclarar si la sensación del paciente es laberíntica, esto es, ilusión de desplazamiento del paciente o de los objetos que le rodean asociada a un cortejo vegetativo importante, o no, esto es, caída al vacío, desequilibrio, movimiento del suelo o de la cama, sensación de levitar o de pisar algodón, desvanecimiento, visión borrosa, etc.

Debemos de tratar de diferenciar estas sensaciones que implican movimiento, de otras como: voy a perder la conciencia, siento como una nube en la cabeza, tengo la mente entre niebla, o las que implican ansiedad o depresión.

Precisaremos la relación de este desequilibrio con síntomas vegetativos, alteraciones tonales, etc., con el fin de determinar el carácter periférico endolaberíntico de la clínica. 

 

El oído y sus partes.
El oído.

 Otología LM Gil-Carcedo LA Vallejo E Gil-Carcedo


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